viernes, 22 de mayo de 2009


Irresponsabilidad social empresarial

¿Acaso el abuso de las necesidades de la gente para anular su voluntad de evaluar críticamente el proyecto y sus posibles impactos puede ser considerado un acto de responsabilidad y fomento al desarrollo sostenible?

Por Annika Schüttler, cientista política, Universidad de Maastricht, Países Bajos.

El 26 de marzo la Comisión Regional del Medio Ambiente de la Región Metropolitana aprobó, sujeto a condiciones, el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, de la empresa AES Gener. Para garantizar la aprobación, AES Gener consiguió el respaldo de las comunidades locales a través de un acuerdo por ocho millones de dólares, que la empresa negoció con el municipio para proyectos sociales.

Se ha establecido como una conducta regular que las empresas entreguen grandes montos para el desarrollo de proyectos sociales bajo el lema de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), aun cuando sus proyectos todavía se encuentran en etapa de evaluación.

La RSE es el compromiso de los negocios de contribuir al desarrollo económico sostenible, trabajando con los empleados, sus familias, la comunidad local y la sociedad en general, para mejorar su calidad de vida. Sin embargo, el desarrollo de planes de RSE no está motivado por altruismo, sino que más bien se ha convertido en una necesidad corporativa. Las empresas han constatado que abordando temas sociales y ambientales tienen posibilidades ciertas de mejorar su imagen y aumentar sus ganancias. Ante este escenario, ¿quién regula y fiscaliza que estas acciones no se conviertan en un abuso?.

En el caso del Proyecto Hidroeléctrico Aysén en la Región de Aysén, todavía en etapa de evaluación, la empresa tergiversa el concepto de la RSE al usarlo como herramienta de manipulación e influencia indebida. Aun cuando no hay certeza si el proyecto se aprobará, HidroAysén ya comenzó a desplegar un amplio plan de RSE en Aysén (becas para estudios superiores, promoción y financiamiento de actividades culturales, deportivas y recreativas, instalación de tecnología Wifi gratuita, etcétera).

La empresa actúa bajo la óptica de los hechos consumados al imponer su plan de RSE antes de tener el permiso definitivo. Se dedica a solventar las necesidades de los habitantes de una región que permanece relativamente aislada bajo el lema de plan de RSE. Y muchos habitantes le brindan su apoyo, sin importar su opinión acerca del proyecto, diciendo "mejor esto que nada".
Esto es una clara muestra de irresponsabilidad social empresarial. ¿O acaso el abuso de las necesidades de la gente para anular su voluntad de evaluar críticamente el proyecto y sus posibles impactos puede ser considerado un acto de responsabilidad y fomento al desarrollo sostenible?

¿Qué ocurrirá con las medidas iniciadas en el marco del plan de RSE si el proyecto se llegase a rechazar? ¿Dejarían todo abandonado?
Debería ser el Gobierno el que instale la agenda de responsabilidad social a través de leyes y regulaciones que permitan a las empresas accionar de forma responsable, para así evitar este tipo de abusos del concepto de RSE.

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